Antes y después de los días de carrera, Barcelona se convierte en un destino perfecto para explorar, con su arquitectura impresionante, como la Sagrada Familia y el Parque Güell, su reconocida gastronomía que se puede disfrutar en una infinidad de restaurantes y bares, y su vibrante vida nocturna. Además, los aficionados pueden aprovechar para visitar las playas cercanas o incluso hacer excursiones a montañas próximas como Montserrat. En resumen, la experiencia de asistir a la F1 en Barcelona va más allá del asfalto, ofreciendo una mezcla única de deporte, cultura, y entretenimiento en una de las ciudades más fascinantes de Europa.